jueves, 2 de febrero de 2012

Elogio de lo exiguo


Si nos paramos a pensar un momento en las tres breves y bellas palabras de la lengua castellana que titulaban el anterior prosículo, y si consideramos otros muchos monosílabos y bisílabos presentes en nuestro acervo lingüístico, resulta fácil colegir que todos esos vocablos de ejemplar concisión y suprema belleza en su exigüidad constituyen la base de nuestra lengua, el pilar de nuestra cultura y, en definitiva, el cimiento de nuestro ser.
Aunque la predilección por largos palabros y complejos términos es universal (como muestra, véase este blog), las palabras breves son el futuro de nuestra lengua (al menos de la hablada y de la escrita digital). La brevedad es un bien cuando se escribe en un móvil o artilugio similar. Pero además, las palabras cortas suelen ser las más importantes y comunes de una lengua.
Sin embargo, hay casos extraños. Cualquier estudiante inicial de la lengua francesa se topa en sus primeras lecciones con una peculiar palabra para expresar algo tan simple como ‘hoy’: aujourd’hui dicen los gabachos. ¡Qué galimatías de imposibles diptongos y apóstrofos para referirse al presente día! ¡Qué embrollo casi imposible de recordar para el no iniciado! ¡Qué extraño engendro nacido de la retorcida mente lingüística de nuestros vecinos! (Y no seguiremos por este derrotero, pues acabaríamos en el clásico “sorprendióse un portugués…”).
Todo esto viene a cuento de una reciente lectura en la que encontré una entretenida narración de la historia etimológica del engendro gabacho. Como cualquier avisado estudiante de francés –y con algo más de conocimiento de dicha lengua que un principiante–, puede deducir, el palabro en cuestión contiene en su forma la expresión au jour d’hui, es decir, ‘en el día de hoy’, pues hui es el verdadero hijo francés del latino hodie, y hermano de nuestro común y breve ‘hoy’. El término latino es, a su vez, un compuesto de hoc die ([en] este día), de modo que la forma francesa no deja de ser una acumulación: ‘en el día de este día’; aún más increíble si se considera que en el francés coloquial existe la costumbre (aunque criticada por los puristas) de decir au jour d’aujourd’hui (‘en el día de hoy’, que en su versión desarrollada sería: ‘en el día del día de este día’). Folies de la belle France?
En realidad no se trata de una locura específicamente francesa, sino de un vicio (o virtud) muy extendido y común a todos los humanos. Así lo cuenta el lingüista anglo-israelí Guy Deutscher, que relata otras muchas e interesantes sagas lingüísticas por el estilo en su The Unfolding of Language (Arrow Books), 2005. Y lo hace con sorprendente gracia y sentido común, para llegar a conclusiones aparentemente sólidas sobre la evolución de las lenguas humanas. Aunque sobre este asunto, escribiremos más otro día, pero no en el día del día de este día.

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